aderfp633
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 Posté le: Mer Oct 23, 2013 8:32 am Sujet du message: moncler down jackets “Rock en el bar” |
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{Los sonidos del ayer viajan en la ruta 52 :: El Informador}
El trabajo formal, sin estudios, es morirse de hambre; cuenta Omar.Compartir:Por: Vanesa RoblesLas notas salen de una mochila negra,[url=http://www.moncler-sale.org]moncler down jackets[/url], con bocinas integradas, que reposa en la panza de Omar, quien vende discos Mp3GUADALAJARA, JALISCO (13/OCT/2013).- Omar González toma diario unos 40 camiones para trabajar,[url=http://www.moncler-sale.org]moncler outlet[/url], en Guadalajara, 20 de ida y 20 de regreso. Omar González habla inglés, pero en su oficio le vale más hablar español cantadito y eso le sale bien porque es defeño. Omar González vive de la nostalgia y la necesidad estética; vende música en mp3, en los autobuses de pasasejos que cruzan el centro de la ciudad.Omar González carga las notas del ayer, el hoy y el siempre en una mochila negra, que cuelga de su espalda ancha.Coleccionazas, las de Omar, todas con títulos atinados: “No es que muera de amor”, “Furia grupera”,“Gigantes con pasado”, “Rock en el bar”, “Mucha band #file_links[D:\keywords14.txt,1,S] a”, “Cumbia y salsa de desvelón”, dicen las portadas, fotocopias en blanco y negro, envueltas en plástico. Diez pesos cada colección. Una entera por sólo diez. Más de 100 canciones por diez pesitos, mercancía de la capital del país donde las portadas son más finas, siempre salen a color,[url=http://www.moncler-sale.org]discount moncler jackets[/url], pero acá se vende el doble.Si no tienes ropa nueva por lo menos que esté limpia, reflexiona Omar, que es bajo, que es redondo, que es pulcro y deportivo: camiseta verde bandera, de la selección mexicana de futbol, pants gris que parece nuevo, tenis negros tan impecables como su español.Llegó a Guadalajara hace cinco años. No extraña el Distrito Federal, extraña Los Ángeles. Trabajó allá diez años, haciéndole casas a los gabachos, pura casa de madera fina. Una tarde de abril de 2008 se atontó, se pasó el semáforo, lo deportaron. Antes había comprado unos terrenos aquí, en la colonia Moderna.Tenía tierra, no trabajo. Sabe inglés, pero no fue a la universidad.Su primo Heriberto, chilango de corazón, lo invitó al jale de los discos. Cinco mil pesos alcanzaron para hacerse de mercancía bien surt #file_links[D:\keywords12.txt,1,S] ida. La compró. Ya nomás le faltaba oficio. Eso se aprende haciendo.“¿Sí da chanza, chófer? Cuando el chófer da el sí Omar González ya estaba preparado. Las notas apantalladoras salen otra mochila negra con bocinas integradas, que reposa en la panza del vendedor, colgada como cangurera. Un cable conecta las bocinas con un celular pequeño, que no es caro ni inteligente, pero así es una chulada.Es una chulada porque sin ser muy fina la mochila de adelante es una consola de sonido que se repeta. Y Omar González es un dj que ya quisieran muchos.Primero suelta la cortinilla, seguida de una voz con efecto de eco pregrabada,[url=http://www.moncler-sale.org]moncler on sale[/url], que a la altura de la Normal le anuncia el disco a los pasajeros de la Ruta 52 Carretera a Saltillo-colonia Buenos Aires: “No es que muera de amor, mor, mor, mor”. Con dedos ligeros, Omar bajar el volumen del locutor, en el último “mor”, al tiempo que sube el de la música. “He intentado casi todo para convencerte/ mientras el mundo se derrumba todo aquí a mis pies”, canta Chayanne. “Con los ojos cerrados/ el cielo está nublado /y a lo lejos tú”, lo siguen sin pausa Hombres G. “Corazón /Qué le has hecho a mi corazón/Corazó #file_links[D:\keywords13.txt,1,S] n..”, carraspea Dyango,[url=http://www.dbafan.com/blog/?p=514#comments]moncler down jackets 1[/url], cuando Omar González va disminuyendo el volumen acústico, hasta que, casi sin que se note, entra su propia voz, con la de Dyango de fondo. “Llévese No es que muera de amooor. Tiene 121 canciones. No es que muera de amor en MP3”.El el ruta 52 todos mueren de calor, pero hoy nadie de amor,[url=http://www.comunidadinmigrante.com/blogs/posts/cheap529]moncler down jackets \keywords11.txt[/url], se nota. Acá los pasajeros son o muy jóvenes o muy viejos. A falta de cuarentones también faltan ventas.Siempre hay que ver el mercado, me confesará Omar González diez minutos después, un poco arrepentido por la inclusión de No es que muera de amor en el viaje pasado. Antropólogo autodidacta de los gustos musicales tapatíos dirá apesadumbrado que sus intentos por introducir la cumbia en Guadalajara han fracasado siempre,[url=http://learn.webbizcreators.com/activity/p/120970/]discount moncler jackets \keywords11.txt[/url],[url=http://www.moncler-sale.org]moncler sale[/url], lo mismo en el 52 que en el 54, el 231 y el 275- diagonal Santa Margarita. Las cumbias que dan de comer a sus colegas #file_links[D:\keywords15.txt,1,S] en el D.F. acá escandalizan a los viejos y aburren a los jóvenes, que en cambio exigen el narco corrido, dirá Omar.Pero todavía a bordo del ruta 52 Carretera a Saltillo-colonia Buenos Aires tiene chance de rectificar.“Sonidos del ayer, yer, yer, yer...”, interviene el mismo locutor pregrabado, con harto eco. No ha terminado el último “yer”, cuando el ayer empezó a sonar en el interior del autobús, en la voz de Leo Dan: “Por eso Mary, por favor /Dame tu mano y continuemos siempre así”.Mary tiene el poder de pintar el ruta 52 de blanco y #file_links[D:\keywords11.txt,1,S] negro y despertar a una rubia sesentona que venía medio dormida, en el fondo del camión. Mary rifa hasta que el viejo de Piero viene a matarla: “Tiene la tristeza larga/de tanto venir andando”, y el viejo que apenas comenzó es silenciado por Carlos Berocera: “Hay tanta adolescencia apresurada y tanta soledad arrepentida/ Que estás aquí aunque no estás conmigo”, que sede el paso a King Clave: “Mi corazón lloró /y ella no contestó”, que es interrumpido por Roberto Jordán: “Las hojas de los árboles cubren el campo... el verano ya se fue...”.Y mire usted lo que se reúne en los Sonidos del ayer: 157 canciones. 157 canciones por sólo diez pesitos. Diez pesos los Sonidos del ayer, está diciendo todavía Omar González, mientras su índice ágil aprieta un botón y la voz con eco sale de las bocinas: “En MP3 es, es, es...”. El dj baja entonces el volumen del locutor y, antes de despedirse avienta a Napoleón: “Nada te llevarás cuando te marches”, canta y se equivoca. Antes de pedir la bajada el comerciante defeño se ha llevado 40 pesos con los Sonidos del ayer. Si no vendió más fue porque no traían cambio los otros pasajeros del autobús, donde a estas alturas flota una nostalgia setentera.Es la una de la tarde de un día de ventas flojo. A las seis de la tarde, después de ocho horas de trabajo, Omar González habra vendido 40 discos. Uno por camión. Los días buenos vende hasta 100, depende del día y hasta del humor de los choferes, cuenta el dj. Está indeciso, dice, entre seguir con este jale y regresarse a Estados Unidos.-¿El trabajo formal no te gusta? -, pregunto, por preguntar.-Trabajo formal sin estudios es morirse de hambre. Yo por lo menos le doy bien duro, pero no le trabajo a nadie ni molesto a nadie, dice antes de desaparecer, a bordo de un 375.Nunca sabrá Omar González cuánto me arrepiento por no haberle comprado los Sonidos del Ayer.
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People watching the forthcoming beginning of the German half of the inhabitants of Berlin are no interested in co-optation |
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