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 Posté le: Ven Déc 13, 2013 12:58 am Sujet du message: peuterey outlet y juro puedo necesitar mañana |
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Buscar primero y luego salvar :: El Informador
La mano que da todo sujeta a un madero.Compartir:XXXI Domingo ordianarioDinámica Pastoral UNIVALa misión de la Iglesia está en procurar la salvación de todosGUADALAJARA, JALISCO (03/NOV/2013).- En este trigésimo primer domingo ordinario del año, el evangelista San Lucas narra un hecho de la vida de Jesus, el hijo de Dios, con escándalo para los fariseos —siempre soberbios y engreídos— y con una alegría nunca antes experimentada para el hombre llamado ese día a empezar una vida nueva: la verdadera conversión. Esa ansia de Zaqueo por conocer a Jesús lo llevó al extremo de hacer,[url=http://www.peuterey-outlet.net]peuterey outlet[/url], allí entre los suyos, algo ridículo; se subió a un árbol para ver a Jesús y la respuesta llegó.Jesús miró no sólo al hombre encaramado en el árbol; vio su interior, leyó su alma, su inquietud… vio llegada su hora.Banquete a lo grande en la casa de Zaqueo, y con un sorpresivo brindis breve y generoso: “Mira Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes; y si he defraudado a alguien, les restituire cuatro veces más”.Ahí empezó su verdadera riqueza. Ya ponía en el banco de Dios la mitad de su fortuna, para encontrarla con premio al otro lado del tiempo y el espacio.“Hoy ha entrado la salvación a esta casa”, estas palabras de Cristo son un reflejo breve, momentáneo, fugaz, de toda la historia de la salvación. Para salvar a todos los hombres, el verbo de Dios se hizo hombre y se entregó a la muerte y muerte de cruz. Resucitó glorioso y vive en su iglesia, sacramento, signo visible, de la salvación para todos los hombres.Cristo, allí en la casa de Zaqueo, manifiesta su plan: “El hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”.Ésta misma es la misión de la Iglesia: buscar primero y luego salvar; estar presente en todas las inquietudes de los hombres, interesarse por la salvación de todos.Pbro. Jose R. Ramirez M.LA PALABRA DE DIOS• PRIMERA LECTURA:Sabiduría 11, 22-12, 2“Te compadeces de todos, y aunque puedes destruirlo todo, aparentas no ver los pecados de los hombres, para darles ocasión de arrepentirse”.SEGUNDA LECTURA:Segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses 1, 11-2, 2“Glorificarán a nuestro Señor Jesús y Él los glorificará a ustedes, en la medida en que actúe en ustedes la gracia de nuestro Dios”.EVANGELIO:San Lucas 19, 1-10“Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más”ABANDONOAyer me di a la tarea de revisar cajones y rincones de mi casa y con valentía y con un dejo de desmemoriado, deshacerme de tantas cosas que se van acumulando en mi vida, y juro puedo necesitar mañana, o que identifico como parte esencial de mi vida, tan importantes como los órganos vitales mismos.Cada selección, era tan exhaustiva que parecía el encuentro de un enfermo con un grupo de especialistas médicos, cada voz daba sus argumentos para no extirpar aquella parte. Que porque eran un regalo que te había hecho tal pariente, y que por cierto ya había muerto, que lo habías adquirido en tal viaje, que fue el fruto de tu primer sueldo, y así, justificaciones sin fin, para con dolor, como lo es en toda amputación, aceptar que es necesario extirpar esa parte.Reconozco no ser un acumulador compulsivo, lo cual ya es ganancia, pero con tristeza reconocer también, no ser un generoso como tal, son tantas cosas, no sólo las materiales que pudiéramos y debiéramos compartir con generosidad, ya que no es tanto lo puedo y me merezco tener, sino lo que me exige la caridad para con mi hermano, para con el otro, ya que, lo que para mí puede ser un plus para el otro puede ser esencial.Abandonarse no es quedar inmerso en una soledad, teniéndolo todo, sino reconocer al otro que necesita de mí, como yo de él. Es darme en generosidad en todo cuanto soy, es ser más yo, para que el otro sea, y así todos en dignidad.UNA GRAN LIBERACIÓNJesucristo vino a salvar lo que estaba perdido, a cargar con nuestras miserias para aliviarnos de ellas, a compadecerse de los que sufren y de los necesitados. Él no pasa de largo, se detiene, consuela y rescata.Él mismo lo afirmó enfáticamente: "No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos; He venido no a llamar a los buenos, sino a los pecadores e invitarlos a que se arrepientan"(Lc 5, 31).Es por ello que Jesús jamás rechazó a nadie, antes al contrario, procuraba, y se gozaba con ello, relacionarse con aquellos que eran la 'escoria' de la sociedad; los rechazados, los impuros, los pecadores, los que, según los 'sabios' de Israel, eran despreciados por el mismo Dios, porque eran indignos siquiera de acercarse a los que se sentían 'justos', y a los lugares santos, mucho menos a quien era 'el tres veces Santo'.¿Cuántos viven alejados de Dios debido a que los que se sienten 'cerca de Él', se dicen 'chiquiados' de Él y cumplidores de su Ley, los menosprecian, los rechazan y los ignoran? ¿Y cuántos otros viven así porque ellos mismos se han descartado, es decir, se sienten tan indignos, que han llegado a renunciar a su fe, porque precisamente creen que, por lo grande, mezquino, e ‘incalificable’ que es su pecado, nunca serán sujetos de la misericordia y el perdón divinos?A ellos, es preciso recordarles que Jesús, cumpliendo con su promesa, continúa entre nosotros y está dispuesto a perdonar cualquier tipo de pecado, por grave e indignante que éste sea, a excepción -como Él mismo lo enseñó- del pecado en contra del Espíritu Santo, que consiste en rechazar conscientemente al mismo Jesús como el único Salvador del mundo.Un ejemplo claro y contundente de ello, nos es mostrado por el Evangelio de este domingo, que nos narra la historia de Zaqueo y el encuentro que él tuvo con Jesús, quien quiso hospedarse en su casa. Zaqueo al recibirlo, tuvo tal experiencia de salvación al experimentar en carne propia, su misericordia y perdón, así como una gran liberación, que creyó en Él y convirtió su vida a Él, cambiando radicalmente de conducta con su familia, sus vecinos y con aquellos que había sido injusto y los había robado.Por nuestro pecado, todos seríamos indignos de siquiera acercarnos a Dios, pero por la obra redentora de Jesús, Él nos hace dignos no sólo de acercárnosle, sino de ser perdonados y de empezar una nueva vida, la Vida que nos trajo Jesús, Vida en abundancia.Francisco Javier Cruz LunaUN LAICO MÁRTIRBeato Leonardo Pérez LariosCon la página que hoy dedicamos a Leonardo Pérez Larios se completa el grupo de los mártires de San Joaquín, llamados así por el lugar en el cual fueron sacrificados. El Padre Andrés Solá Molist y el Padre Trinidad Rangel, de quienes ya hemos hecho mención anteriormente. Los tres vivían en León Guanajuato, y beatificados el mismo día por el Papa Benedicto XVI.Leonardo no era sacerdote, pero por el apoyo prestaba a los sacerdotes y por su amor profundo a Jesucristo Eucaristía.Girones de biografíaLeonardo Pérez Larios nació en Lagos de Moreno, Jalisco, el 28 de noviembre de 1889. Hijo de don Isaac Pérez y doña Tecla Larios de Pérez. Fue bautizado el 6 de diciembre del mismo año. Hizo la primera comunión en Encarnación de Díaz, ya que su familia vivía en el rancho llamado El Saucillo.Leonardo deseaba ser monje y vivió como voluntario en una comunidad, en donde se distinguió por su conducta intachable y por su devoción al Santísimo Sacramento.Después, tal vez por no lograr su objetivo en la comunidad, se trasladó a la ciudad de León, Gto. donde trabajó como empleado de un establecimiento llamado «La Primavera». Siempre dedicado y responsable, a Leonardo nunca se le vio disgustado, a pesar de las duras reprimendas de que era objeto por cualquier motivo. Cuentan que su patrón, a pesar de ser bastante descreído, decía:: «Si hay cielo, Leonardo lo tiene».Desde niño se destacó por su cariño y devoción al Santísimo Sacramento y la Santísima Virgen, a quien rendía culto, de manera especial durante el mes de mayo.Frecuentaba los sacramentos. Participaba asiduamente en la Adoración Nocturna al Santísimo Sacramento aunque que le tocara la hora más pesada, -de doce a una-; y cuando eran pocos adoradores, con gustoso seguía una hora más. Todo esto después de trabajar duro todo el día.La mañana del domingo 24, Invadieron los departamentos, el oratorio, y la sacristía que había en la casa de las Señoritas Alba y allí aprehendieron, al P. Solá y a Leonardo Pérez, porque creyeron que también era sacerdote, aunque fue desmentido tanto por el mismo Leonardo como por el P. Solá y muchos leoneses que se enteraron de lo sucedido.Los acusaron falsamente de haber descarrilado un tren, y como no pudieron arrestar a los culpables, se desquitaron con ellos.Los prisioneros fueron llevados a Lagos de Moreno la noche del 24 y en la madrugada del día 25, reanudaron el viaje hasta Encarnación de Díaz, donde fueron bajados y trasladados a un tren militar.De ahí fueron llevados hasta el kilómetros 491, entre La Mira y Las Salas. Allí los dos sacerdotes y Leonardo, fueron obligados a descender del tren y conducidos junto a un charco chapopote… se absolvieron disimuladamente, y luego se pusieron en cruz para ser fusilados.Beato Leonardo Pérez Larios, un joven piadoso y valiente a quien no podemos ni debemos olvidar. Ejemplo de rectitud, fortaleza y amor a Jesucristo.ORACIÓNSeñor Jesús, por los méritos de estos santos mártires te pedimos nos regales la gracia de aprender a hacer tu voluntad y dar testimonio de tu amor con fe sincera en la Eucaristía donde quieres estar presente con nosotros .Concédenos la gracia de serte fieles para siempre, en la vida y en la muerte, como los Beatos mártires de san Joaquín. AménMaría Belén Sánchez, fsp
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